De Menton (Francia) a Piacenza.
Tras más de 800 km en Francia, cruzamos la frontera en Menton con ilusión y expectativas altas. Pero el inicio de la EuroVelo 8 en Italia nos golpeó con fuerza: la realidad encontrada en los primeros kilómetros está muy lejos de los parámetros que definen una ruta europea cicloturista, accesible y segura.
Como siempre, viajamos con preguntas en las alforjas:
— ¿Puede recorrerse este tramo con seguridad y continuidad?
— ¿Está diseñado para ser accesible e inclusivo?
— ¿Qué oportunidades hay para que esta parte de la ruta se convierta en un referente cicloturista en Europa?


De Menton a Ventimiglia/Bordighera: un arranque desalentador
El contraste fue inmediato. Justo en la antigua frontera, la ciclovía francesa termina bruscamente con coches mal aparcados en pleno carril.
A partir de ahí, la carretera hacia Ventimiglia es estrecha, con tráfico intenso, túneles y sin arcén. La sensación fue de inseguridad constante.
En Ventimiglia y Bordighera encontramos algunos carriles bici urbanos, pero son discontinuos, fragmentados y desconectados. No hay ni rastro de señalización EuroVelo.
Las primeras sensaciones en Italia estuvieron muy por debajo de lo esperado para una ruta internacional.
Torino – Breme: siguiendo el Po entre barro, piedras y tráfico
En los mapas oficiales de EuroVelo, falta el tramo entre Ventimiglia y Cuneo/Torino. Se trata de una zona muy montañosa, con largas y duras subidas, lo que plantea un gran reto para los responsables de diseñar un trazado inclusivo y realista.
Desde Torino, seguimos el río Po. Lo que debería ser un recorrido atractivo y continuo se convierte en un auténtico desafío:
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Caminos de tierra con señal de uso obligatorio para bicicletas.
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Tramos cortos de ciclovía que desaparecen sin lógica.
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Carreteras sin arcén con tráfico intenso de coches y camiones.
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Escaleras, vados incómodos y kilómetros interminables de barro y piedras sueltas.
La señalización EuroVelo es inexistente y lo único positivo fueron las fuentes de agua encontradas en ruta. Hasta Breme, la experiencia fue dura, poco recomendable para familias o cicloviajeros sin experiencia.
Mención aparte: los millones de mosquitos que acompañan este tramo, un añadido inesperado al esfuerzo físico.


Breme – Piacenza (y Fidenza): potencial desaprovechado
Desde Breme seguimos por la Ciclovía del Po. El 90% del recorrido se hace sobre piedra suelta, muy lejos de los estándares EuroVelo que indican que al menos el 80% del trazado debería estar asfaltado.
Es una zona plana, con pueblos rurales llenos de servicios y encanto, un terreno con un potencial enorme para atraer a cicloviajeros de cualquier nivel. Sin embargo, las condiciones actuales solo permiten disfrutarlo a deportistas con preparación casi profesional.
Desviamos la ruta hasta Fidenza, a unos 30 km de la EuroVelo 8, donde participamos en una charla pública para dar a conocer Velorecicla y el Velotour Sostenible, fomentando la movilidad activa, la inclusión y la cultura cicloviajera como herramientas de transformación social.
Inclusión y familia: una ruta que hoy excluye
Las pendientes extremas en los accesos, los kilómetros de barro y piedra suelta y la ausencia total de señalización inclusiva hacen que este tramo de la EuroVelo 8 no sea, a día de hoy, apto para familias con peques ni para personas con movilidad reducida o bicicletas adaptadas.
Un contraste evidente con el enorme potencial que tiene la zona: servicios, entornos rurales acogedores y un terreno llano que podría convertirse en un ejemplo de cicloturismo inclusivo si se invirtiera en adaptar y mantener la infraestructura.


Lo mejor del tramo
- El paisaje del valle del Po y la riqueza de sus pueblos rurales.
- La abundancia de fuentes de agua en la ruta.
- El potencial turístico y cicloturista de una zona llana y llena de servicios.
- La oportunidad de compartir nuestra experiencia en Fidenza, acercando el proyecto a la comunidad local.
Puntos a mejorar
- Falta de un trazado definido entre Ventimiglia y Torino.
- Inexistencia de señalización EuroVelo en todo el tramo.
- Predominio de caminos de piedra suelta y barro.
- Carriles bici fragmentados e inconexos en ciudades.
- Carreteras sin arcén con tráfico intenso.
- Ausencia total de medidas inclusivas en la señalización y la infraestructura.
Pedaleamos para aprender, compartir y mejorar
En este décimo tramo, Italia nos recibió con grandes retos, pero también con la motivación de seguir documentando y visibilizando lo que ocurre sobre el terreno.
Nuestro objetivo sigue claro: promover un cicloturismo real, accesible y conectado al territorio, mostrando tanto las luces como las sombras de la EuroVelo 8.
📌 Hemos publicado en el perfil de Velorecicla en Ride With GPS las rutas recomendadas.
ℹ️ Esta información se basa en nuestra experiencia directa, con criterio independiente.
Para conocer el trazado oficial validado de la EuroVelo 8, visita la página web oficial de EuroVelo.

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